Antes de conocer a su actual esposo y padre de sus dos hijos, Paco Álvarez, Dulce María mantuvo sonados romances con diversas figuras del mundo del entretenimiento como Poncho Herrera, Pablo Lyle, Michel Gurfi y el futbolista Memo Ochoa de los que aprendió a valorarse a sí misma de la forma más dura. La antigua integrante de la famosa agrupación RBD no tuvo buenas experiencias en esas relaciones pasadas porque fue víctima de violencia psicológica y manipulación, aunque en aquel momento no se dio cuenta de lo que estaba sucediendo. “Ahora después de muchos años, entiendo que también me relacioné con gente que era violenta psicológicamente, y que yo en ese momento no tenía la menor idea, ni tenía las herramientas, ni tenía nada, ni sabía. Viví manipulaciones y muchas cosas que ahora puedo ver y digo: ‘¡Qué fuerte!’”, ha recordado la artista en su participación en el podcast ‘Se regalan dudas’.
La actriz y cantante no ha querido señalar a ninguna de sus antiguas parejas para no remover el pasado, pero sí ha hecho una reflexión sobre las razones que la llevaron a “tropezar” varias veces con la misma piedra en cuestiones sentimentales. “Empiezas a descubrir el mundo, sales de tu burbuja, que fue a los 16, 17 años, y tuve otro tipo de relación, como muy intensa y al final cada una de las personas con las que he estado compartiendo, me dejaron algo. Aprendí mucho, sufrí mucho porque yo daba todo, soy como muy entregada y no era el momento para esas personas“. En la actualidad, Dulce María está enfocada en mantener una vida tranquila en familia, que combina con sus proyectos artísticos, y se siente muy afortunada de haber salido de un ciclo tóxico que muchas personas no saben romper por miedo a quedarse solas. “El perdonarte, el perdonar a alguien que nunca te pidió perdón; tú tienes que hacer tu proceso o de no despedirte, de terminar relaciones importantísimas que no tuvieron despedida o de algo que no se dio, pero todo eso lo agradezco porque he hecho muchísimo trabajo personal”.